Escrito por nuestro Gerente Sénior de Ventas David Pereira, con motivo de la edición especial de la revista Produ relacionado con la NAB.
Para las personas cuya labor gira en torno a la televisión, debemos presumir que nuestro trabajo puede ser cualquier cosa menos aburrido. Constantemente estamos desarrollando y desarrollando proyectos, ideas nuevas, frecuentemente visualizamos y planificamos realidades, escenarios novedosos, buscando siempre alternativas diferentes que nos hagan más eficientes; este proceso se repite continuamente y por cualquier razón, motivo o circunstancia, siempre tenemos un comodín para estas situaciones, que lo llamamos: PROYECTO.
Ojo, esta situación se vive en todos los eslabones del negocio de la televisión, me refiero a todos los entes internos y externos relacionados con el área en general. Esto abarca estaciones de televisión, con todos sus departamentos e individuos, así como proveedores de equipos y/o servicios, asesores, consultores, distribuidores de señal, productores de contenidos, entre otros.
Debido a esto, siempre nos encontramos imbuidos en un proceso donde lo único constante es el cambio, donde cualquier idea de manera casi imperceptible, es capaz de transformarse en un plan de intención y a través de la realización de un proyecto se vuelve realidad. Es por ello, que debemos considerar esta regla básica: “TODO PROYECTO GENERA UN CAMBIO Y TODO CAMBIO VIENE GENERADO POR UN PROYECTO”.
El poder transformacional que tiene un proyecto es muy poderoso, ya que uno de los objetivos que tiene el desarrollo de este tipo de actividades es pasar de una situación digamos actual que debe ser mejorada, a un estadio ideal y llegamos a ese estadio a través de acciones concatenadas, que nos lleven al cumplimiento de los objetivos de mejora trazados primigeniamente.
Ahora bien, en algún momento nos hemos detenido a pensar ¿qué dimensiones tiene un proyecto? ¿Qué hace que una situación sea considerada como tal? ¿Qué es y qué no es un proyecto? Yo tengo la respuesta a todas esas preguntas y estoy seguro de que la mayoría de ustedes me darán la razón, la respuesta es muy sencilla y es: “NO”. No es que no queremos hacerlo, es que simplemente no tenemos tiempo para hacerlo, ya que nuestro transitar por la televisión es el constante cambio, la urgencia y la inmediatez. “El show debe continuar.”
Un proyecto tiene unas características que lo hacen único, todo ello está relacionado con las dimensiones que tiene el mismo, tiene su propio ADN, en el cual están marcados todos los rasgos que lo hacen particular, se puede decir que es un triángulo, dónde el primer vértice está referido a la temporalidad, un proyecto tiene principio y fin. El segundo vértice, es que todo proyecto persigue un objetivo, busca un cambio, mejora una situación, implementa un sistema, transmite un nuevo programa, entre otros. Y el último vértice, está enmarcado dentro de parámetros de calidad y de costos definidos, el presupuesto es fundamental, los recursos son finitos y tienen que ser administrados eficientemente; con respecto a la calidad, ésta es una meta pero también es un principio fundamental en los proyectos.
Es por ello tan importante conocer qué son los proyectos y reconocer que la televisión es siempre un proyecto inacabado.
Cortesia de Produ
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